
Una mañana la joven Ileanna despertó con una inquietud muy grande en la cabeza, se cuestionaba aspectos sobre la vida que nunca creyó llegaría a interesarle y es que no comprendía que es lo que pasaba con su cuerpo y sus emociones.
La jovencita ileanna tenía un novio llamado Gera con el cual vivía momentos muy agradables y compartía sentimientos y emociones los cuales no entendía con exactitud.
Los dos jóvenes sentían extraños cambios en sus cuerpos y emociones los cuales respondían a ciertos estímulos de manera automática. Ileanna estaba muy enamorada de Gera, los dos se querían mucho y decidieron darle a su relación otro nivel más íntimo, dar el siguiente paso, tener relaciones sexuales.
Ambos se encontraban muy nerviosos porque no sabían exactamente que es lo que tendrían que hacer pero sobre todo el como hacerlo. Poco a poco ese nerviosismo se fue reprimiendo debido al excelente nivel de confianza y amor que existía entre ellos, así que poco a poco se dejaron llevar por esos bajos instintos de pasión de los cuales aún no tenían pleno conocimiento.
Gera tomó a Ileanna de las manos y caminaron juntos hacia la cama de ese motel ligeramente costoso pero muy acogedor al que todos sus amigos decían acudir. Se miraron fijamente a los ojos, a través de sus miradas se reflejaba en amor y ese extraño instinto de querer desear al otro de manera más carnal. El ambiente del motel era muy tenso, sentían ese ligero nerviosismo que los detenía de cierta manera a actuar, pero los deseos pasionales siempre son más fuertes, Gera tomó la iniciativa y tomó a Ileanna muy fuertemente plasmándole un beso cálido al cual Ileanna respondió dejado sus labios a merced de los de su novio, con lo cual ambos se recostaron en la cama.
Toda esa tensión que giraba alrededor de la habitación se dejo caer de manera hostil sobre la cama de los jóvenes convirtiéndose poco a poco en un acto pasional de amor.
Ileanna siempre se había preguntado como sería su primera relación sexual, con quien lo haría y si le dolería o al contrario encantaría. Es por eso que accedió junto con Gera a dicha decisión. Porque la única manera de encontrar respuesta a sus preguntas era mediante la práctica, conocer a través de lo que sus sentidos podrían ofrecerle.
Estando recostados dichos sentidos, el olfato, la vista, el tacto, el gusto y el oído, se encontraban como un niño recién nacido que no conoce nada en su entorno y es atacado fuerte y constantemente por estímulos externos los cuales lo desconcertaban llevándolo al llanto. Pero esta vez era diferente, esta vez ileanna no se encontraba indefensa como aquella vez, ahora se sus sentidos estaban totalmente dispuestos a tomar los distintos estímulos que en esa cama se estaban por generar.
Gera e Ileanna se postraban juntos cuerpo a cuerpo solo dejándose llevar por lo que su cuerpo ansiaba, sus manos comenzaron a moverse y tocar sus cuerpos, ambos comenzaron a darse ligeras caricias, caricias lentas y cosquillosas de esas tan placenteras como las de un suave pétalo o una pluma del ave más bella. Sus vellos se erizaban, la piel se les enchinaba al momento de que las caricias entraban en contacto con la piel tersa del otro. Sus bocas no se habian despegado, sus labios continuaban húmedos y cálidos, hasta el momento en que Gera decidio comenzar besar a Ileanna lentamente por el cuello, lo besaba lentamente y se detenía ahí por solo unos instantes volviendo de nuevo a la cara y los labios de ileanna.
Gera e Ileanna comenzaron a desvestirse lentamente primero el quien quedaba desnudo a la mirada atónita de Ileanna que posteriormente dejo caer sus vestimentas sobre aquella habitación del motel.
Ambos se quedaron contemplándose el uno al otro, Ileanna notaba la clara excitación por la cual su novio pasaba, por lo cual se sintió un poco avergonzada notando también ciertas palpitaciones alrededor de todo su cuerpo.
Llegó el momento, pensó Ileanna, estoy nerviosa pero no puedo controlarme, lo quiero a el y lo quiero en mí instintivamente Ileanna tomo a su novio como cual león caza su presa y con esa fiereza comenzaron ambos a besarse y a tocarse intensamente de una manera mas descontrolada y alocada. Gera besaba a ileanna descendía nuevamente a su cuello esta vez mas relajado y a disposición de sus labios. Siguió besándola lentamente descendiendo hacia sus pechos los cuales previamente habían sido estimulados por sus manos calidas, gera notó dicha excitación en ileanna y decidió besarla con mucha mas pasión de nuevo en todo su cuerpo dejando en cada uno todos sus sentimientos como si estos llegasen a ser los últimos.
Los jóvenes se encontraban ya en otro mundo, como si la cama fuese echa de nubes en un atardecer, se sentían tan juntos y unidos flotaban y volaban juntos, sus sentidos se encontraban extasiados, dilatados cada uno llegando poco a poco a su punto de ebullición.
El sentido del gusto fue el primero en llegar a su máximo punto de placer, el sentir el sabor de los labios del otro, húmedos, el sabor de sus cuerpos, el olfato disfrutaba el dulce aroma de sus cuerpos, su esencia natural, después el tacto que precipitadamente era el que más estímulos recibía por todas las partes de su cuerpo, sus manos, sus labios, su cuello, sus pechos, el roce de su piel, su cuerpo entero recibía esa energía la cual asimilaba de una manera placentera que los llevaba al borde, al clímax y punto máximo de su pasión. Los jóvenes se encontraban mas unidos como si estuviera uno dentro del otro, la culminación del acto se acercaba al momento de que en sentido auditivo se deleitaba por sonidos generados por la energía amorosa representada y por palabras que llevaban sobre todo a ileanna a experimentar eso que se conoce como Le Petite Morte (la pequeña muerte) ambos habían llegado al punto máximo, al orgasmo el cual sintieron de manera fuerte recorrer por cada vena, cada arteria cada poro desde la cabeza hasta los pies. Terminaron como en una explosión de amor, sus corazones palpitaban al máximo y sus cuerpos reaccionaban de una manera que nunca habían experimentado.
El ultimo sentido en llegar a su máximo punto de satisfacción fue el de la vista, al momento en que ambos se encontraban cansados, unidos, entrelazados el uno al otro, otra vez mirándose fijamente pero esta ves de una manera mas bella, ambos se veían con otros ojos, sus miradas se perdidas se hundían en los pensamientos, sentimientos del otro, nunca antes se habían visto el uno al otro de esa manera tan tierna, inocente, indefensa, nunca antes sus ojos habían conocido directamente alma del otro.
Ambos se quedaron abrazados fuertemente mientras Morfeo lentamente los tomaba después de haber vivido esa experiencia en la cual se dice, uno muere por unos instantes.